
Brasileños célebres y anónimos recordaron con emoción el decimotercer aniversario de la muerte del piloto de Fórmula Uno Ayton Senna, un ídolo deportivo que en Brasil sólo tiene a Pelé como rival.
El campeón mundial de las temporadas de 1988, 1990 y 1991 falleció el 1 de mayo de 1994 tras chocar su Williams a más de 300 kilómetros por hora en la curva Tamburello, del circuito italiano de Imola.
Habían pasado apenas 41 días de la fiesta en la que festejó sus 34 años y con su fatal accidente quedaron para el recuerdo nostálgico de sus compatriotas 41 triunfos, 65 salidas al frente de la parrilla, tres títulos mundiales y la imagen de la bandera brasileña ondeando desde su monoplaza.
"Es difícil encontrar a alguien que haya olvidado aquél momento", concluye el portal de noticias de Globo "G1" al consultar entre deportistas destacados y brasileños comunes el significado del 1 de mayo 1994.
El país se paralizó literalmente para seguir por televisión la tragedia, el rescate de los destrozos, su traslado en helicóptero a un hospital, la llegada de sus restos a Brasil y su inhumación en un cementerio de Sao Paulo.
Como característica común a todos los consultados, el llanto y la tristeza por la suerte de un mito que enseñó a sus devotos a desafiar las probabilidades, romper marcas, superar límites y, lo más importante, a tener orgullo de ser brasileños.
El martes, como en todo aniversario de su muerte, su tumba es visitada por centenares de fieles que se acostumbraron a despertar temprano los domingos para seguir frente a un televisor o una radio los detalles del gran premio en el que él seguramente sería protagonista.
La muerte de Senna se produjo dos meses después de que en la intimidad familiar reveló su deseo de hacer algo por la juventud carente.
"En marzo de 1994 Ayrton manifestó su deseo de realizar algo concreto por los niños y jóvenes del país. No sabia exactamente qué pretendía hacer, pero sabía que era necesario trabajar en una acción organizada para mejorar la calidad de vida de los niños", dijo Viviane, hermana y presidenta del Instituto Ayrton Senna (IAS).
La entidad, que se nutre con los recursos que sigue produciendo la imagen del inolvidable "Beco", como le llama su familia, promueve condiciones y oportunidades para el desarrollo de las futuras generaciones en áreas de la educación formal y complementaria, como el arte y el deporte.
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